Durante los siglos XVIII y XIX proliferó la construcción de corrales de vecinos por toda Sevilla, sitios que acumulaban las casas de varias familias que, además, podían crear su propia comunidad. El barrio de Triana es el que más corrales reúne, por lo que recorrerlos es una actividad que sirve para repasar buena parte de su historia, a la vez que se disfruta de la belleza de estos espacios.
De estas pintorescas edificaciones, que marcaron la fisonomía del barrio, aún se conservan algunos que permiten dibujar la convivencia vecinal de la época, sin olvidar, en ningún momento, que los corrales de vecinos eran la viva imagen de la pobreza y de las condiciones extremas que se vivían en el pasado, donde la forma de convivir y sobrevivir era compartiendo todo lo que se tenía.
Eran focos de enfermedades, ya que no contaban con las condiciones de salubridad básicas en la mayoría de los casos, si bien «supusieron justas escuelas de ciudadanía ofreciendo pruebas de solidaridad y humanidad».
Así, en los corrales de vecinos se compartían penas y alegrías, predominando el papel de la mujer que, en aquellos tiempos, era la responsable del cuidado familiar y del entorno. Triana es el barrio de Sevilla donde sobreviven el mayor número de Corrales, y es el mejor centro de interpretación urbano para entender como estas edificaciones supusieron espacios donde la supervivencia en ocasiones era milagrosa, en la estrechez de las alcobas y distintas estancias, pero que hoy en día con sus mejoras y dotaciones suponen una añoranza del modelo de convivencia y vecindad alejadas de las frías estancias en viviendas modernas de hoy en dia.
Ejemplos de ello son el Corral de Herrera, la Casa de la Virgen del Rocío, la Cerca Hermosa, el Corral Largo, el Corral de los Corchos, la Casa Quemada, el Corral de las Flores, el Patio de Quidello, el Corral de los Fideos y el Hotel Triana.

Corral de Herrera Calle Pagés del Corro, 111
Es el más moderno de todos, fue construido en 1909 para dar cobijo a 15 familias y más de cien personas. Fue adquirido en 1986 y pasó a ser propiedad privada y posteriormente restaurado en 1995, tal como indica un gran azulejo que se encuentra en la entrada, y adaptado para viviendas independientes, con todas las comodidades actuales, aunque conserva su fisonomía tradicional. El centro del corral está dominado con un estrecho patio de luz decorado a la manera sevillana con cerámicas, macetas, candiles de forja, carteles de fiestas populares y dos retablos cerámicos que dan protección divina a los vecinos, se traba de Santa Rosa de Lima en la planta baja y Nuestro Señor del Gran Poder en la planta superior.
Casa de la Virgen del Rocío, Calle Pagés del Corro, 103
Por otro lado está la Casa de la Virgen del Rocío, llamada así porque un retablo de la Virgen preside su entrada desde 1915. Originario del siglo XIX, se trata de uno de los más pequeños de Triana, sin embargo, ha llegado a albergar a hasta 18 familias, aunque tras las obras realizadas en 2002 el número de viviendas del corral se ha dejado en once, con el fin de poderlas dotar de unas mayores condiciones de habitabilidad.
La Cerca Hermosa (Alfarería, 32)
Es uno de los mayores corrales trianeros. Su estructura interna no es homogénea, sino que presenta una serie de edificaciones independientes entre sí, de una o dos plantas, levantadas en su mayor parte en el siglo XIX y principios del XX, aunque alguna es muy reciente. Los vecinos, a diferencia de otros corrales, son propietarios en su mayoría y destaca su interés por mantener el patio en buenas condiciones y buen ornato, lo que les ha granjeado premios y reconocimientos.
El Corral Largo (Alfarería, 85)

Corral de dos plantas reedificado a finales del siglo XX en una parcela de forma alargada con un, a su vez, largo patio.
Corral de Los Corchos (Alfarería, 138)

Extenso edificio de dos plantas y azotea construido hacia 1940. En el interior posee un patio con fuente central y farolas en las paredes. Se trata de un inmueble que ha tenido un mantenimiento continuado y con un importante afán de sus habitantes por mantener condiciones de habitabilidad dignos.
Se denomina el Corral de Los Corchos porque la mayoría de sus vecinos trabajaban en la fábrica de corcho que había antiguamente en la Cartuja.
La Casa Quemada (Pureza, 72)
Detalle de fuente en el Corral La Casa Quemada.
Se trata de un antiguo palacio del siglo XVII de dos plantas con abundantes restos arqueológicos que evidencian la nobleza de la factura edificatoria. Por todo el edificio hay vigas talladas con lacerías y el patio principal está sostenido por columnas de mármol; en su centro aparece un pozo cegado. La casa conserva, aunque sin uso, los antiguos lavaderos comunes.
A lo largo de su historia ha perdido su uso original hasta convertirse en casa o corral de vecinos. La leyenda vincula su fundación al Inquisidor Mayor Tomás de Torquemada (del que derivaría el nombre de Quemá). La relación con el Tribunal es posible, habida cuenta de la cercanía de su sede en el Castillo de San Jorge.
Patio de las Flores (Castilla, 16)

Es un corral auténtico, con destacados retablos cerámicos y azulejos trianeros. Se encuentra completamente restaurado y tiene la particularidad de que su parte trasera da al Paseo de la O, en la margen derecha del río Guadalquivir.
Se construyó en 1903, es uno de los corrales más antiguos de la ciudad de Sevilla y es uno de los pocos que a día de hoy perduran en el tiempo, y es que pasear por la popular calle Castilla, en pleno corazón del barrio de Triana y toparse con un vergel como el de éste corral de vecinos es una joya.
Se trata de un interesante y complejo corral en el que destaca su decoración con macetas en patios, muros y ventanas. Posee un zaguán muy amplio y, tras varios recodos, el pasillo al que abren las casas, desemboca en un patio con vistas al río y al puente de Isabel II. Originalmente tenía solo una planta, pero una parte considerable del edificio posee dos.
En su interior aparecen pozo y lavaderos. Ha tenido numerosos premios y ha servido de escenarios a películas de corte costumbrista sevillano. Es uno de los patios más conocidos de Triana.
Patio de Quidiello (Castilla, 51)
En un principio albergó a unas cuantas familias y más tarde fue la antigua fábrica de sillas Quidiello. En la actualidad, viven más de 20 familias que han sabido adoptar la forma de vida tradicional de estos patios, compartiendo momentos y colaborando en el mantenimiento del edificio.
Corral de los Fideos (Castilla, 58)

En el siglo XVI albergó el Hospital de Santa María de las Cuevas, que los monjes cartujos crearon para personas abandonadas o marginadas por la sociedad de su época. Fue aquí donde la comunidad de personas negra de Triana tenía sus reuniones, germen de la Hermandad del Patrocinio.
Desaparecido el hospital quedó como vivienda y desde 1850 hasta 1900, se estableció allí una fábrica de pasta fina para sopas. Se dice que las pendientes que tienen los suelos de las viviendas altas hacia el exterior, eran para escurrir las pastas fabricadas. De ahí el nombre de los fideos.
Hotel Triana (Clara Jesús Montero, 28)

Antiguo hotel de tres plantas construido para la Exposición Ibero-Americana de 1929 reconvertido en corral de vecinos. Cuenta con tres plantas y una estructura en «u». Pertenece al Ayuntamiento de Sevilla y durante los años ochenta del pasado siglo fue objeto de una rehabilitación que tuvo como prioridad el alojamiento de vecinos tradicionales de Triana.
En su patio se organizan encuentros musicales y artísticos en general. Se han venido celebrando innumerables ediciones de la Bienal de Flamenco, el Corral de Comedias y los Pregones de la tradicional Velá de Santiago y Señá Santa Ana.